jueves, 18 de junio de 2015

56 Años después, los vientos reformistas soplan sobre la isla





Por; Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar.

Este  1º de Enero del naciente año de 2015, se cumple un nuevo aniversario de la Revolución Cubana. Son ya 56 años de su permanencia como régimen político en la esfera internacional. Un día como hoy 1º de enero de 1959 entraba Fidel Castro Ruz junto con sus “barbones”  de uniformes verde oliva y fusiles en alto en sus manos para tomar la ciudad de Santiago de Cuba, declarada provisionalmente como capital de la isla Caribeña. Desde ese primer momento, no ha sido nada fácil para el gobierno revolucionario ni para el pueblo cubano consolidar, fortalecer y permanecer como régimen  y gobierno socialista. Ha sido azarosa la vida y acción revolucionaria.  

     Aquel grupo de rebeldes revolucionarios que entraban aquella ciudad como prototipos de una nueva esperanza para aquella nación y para ejemplo de las otras naciones hermanas y vecinas de Latinoamérica; los nombres de Fidel Castro Ruz, Camilo Cienfuegos, Raúl Castro Ruz y Ernesto Guevara de la Serna –Che Guevara- , por citar sólo a los más importantes revolucionarios que se convertían en  los nuevos héroes de aquella lucha revolucionaria armada, que significó los tres años de guerrilla, sucedáneos desde el desembarco del yate Gramma hasta el final de aquella travesía que significó el triunfo de la guerra revolucionaria.

     Hoy a la distancia, después de 56 años sigue aún en pie la Revolución, pero los tiempos ya no son los mismos, los escenarios políticos, económicos y sociales tanto dentro como fuera de la isla han cambiado, desde aquel primer momento del ideal revolucionario cubano al escenario político actual  a "llovido" mucho. Ahora nuevos vientos soplan en la mayor de las Antillas.  

     Recuerdo más o menos en el año 1987, cuando el que esto escribe, estudiaba la preparatoria (bachillerato). En ese entonces vivía un hombre singular en el centro de mi ciudad, era un varón que había trabajado en una empresa ferrocarrilera en los Estados unidos,  ya estaba pensionado de esa actividad, su aspecto físico era delgado, de piel morena, rostro adusto, ya de la tercera edad, tendría unos 70 años. Originario de la población de Tonaya en la región del sur de Jalisco, conocida como la zona  transvolcanica o también “El bajo”, lugar donde el emblemático escritor mexicano Juan Rulfo había imaginado sus inmortales obras literarias. 

     Ese hombre había llegado a Ciudad Guzmán porque le había gustado y asentado bien su  clima y ambiente. En ese momento todavía tenía una morfología de un pueblo grande.  Como parte de su actividad y su medio de subsistencia ejercía la docencia impartiendo el idioma ingles en clases particulares. Su nombre era Ezequías Paz. En su estancia por la población, fue una especie de Antístenes  -Sabio austero y solitario, con una confianza radical en el ser humano individual- ,  vivía sólo, siempre procuraba leer,  encontrándosele en alguna calle o plaza de la población siempre con un libro en sus manos o bajo el brazo. Señor que gustaba de la cultura y de la historia, sobre todo las grandes civilizaciones como  la romana o la griega, así como los grandes estadistas. 

     Pues con este singular personaje platicaba en mis años mozos de la juventud, dado que fue mi profesor de lengua inglesa en la preparatoria. Y por afinidades mutuas del gusto por la cultura clásica occidental yo lo frecuentaba. Pues en uno de tantos diálogos, nos dimos a la tarea de tratar el tema de Cuba y su máximo líder Fidel.

     En ese entonces don Ezequías Paz me dijo algo que yo ya intuía y que compartíamos. El me comentó:  “Que una vez muerto o desaparecido Fidel Castro la Revolución Cubana y su régimen iba a terminar”. Cosa que coincidí con él en esa visión.  Ahora que han pasado tantos años desde aquella plática,  siendo la etapa del ocaso de la vida del Comandante Fidel, y estando él ya anciano de 88 años y prácticamente retirado de la actividad continua y constante de los compromisos del poder público en Cuba, ha relevando todos los importantes cargos a su hermano Raúl Castro, hoy el hombre fuerte de aquella nación caribeña. Raúl es también una persona de la tercer edad ya que cuenta con 83 años. 

     Todavía Fidel no ha muerto, pero ya su influencia y su visión en Cuba se ha venido diluyendo con el paso de los últimos años. La forma de gobernar de su hermano Raúl ya no es la misma que ejercía Fidel, no vienen coincidiendo en los hechos. Se han venido vislumbrando desde que llegó Raúl cambios, algunos solo de maquillaje otros ya más trascendentales. Hoy a 56 años de la victoria de la Revolución, los vientos reformistas se han adelantado en la isla, muy a pesar a que no se ha dado la desaparición física de Fidel máximo líder emérito del gobierno socialista. Tenía razón don Ezequías Paz, en su vaticinio de que con la desaparición de la figura emblemática fuera física, y yo diría hasta por ausencia, la Revolución iría perdiendo fuerza hasta su desaparición,  dado que ya desde ahora con su poca presencia en reuniones o cabildeos del gobierno, el régimen cubano está tomando otros rumbos  -realidad antes impensada hasta hace no mucho-, muy diferentes a lo que Fidel procuraba o pretendía para su pueblo y nación.

      Quiero desear a mis lectores muy feliz año nuevo 2015, el mayor de los éxitos en todos sus proyectos y quehaceres,  y espero que esta columna de: "Cuba, la utopía de una nación" pueda  cumplir cabalmente con su cometida  que es la de analizar e informar  sobre todo el acontecer  de aquella nación de  José Martí.

     Es pues mi propósito para este año, escribir semana con semana en este blog y llevar a buen termino este proyecto. Enhorabuena a Todos. 
Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar Web Developer

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